miércoles, 22 de junio de 2011

Evocaciones de un espejismo*



El poeta Matthias Stimmberg (Heifenberg, 1901-Viena, 1979), ser apolítico, quien regaló 40 de los 50 ejemplares de su primer libro de poesías a una mujer para que le sirvieran de alimento a sus cabras (junto con una edición de Mi lucha, de Hitler), en marzo de 1979 grabó en la CBC-Radio Canada una charla en francés de poco más de hora y media. Años después, un escritor mexicano habría de escuchar dicha grabación y componer una especie de memorias del poeta de habla alemana. ¿El resultado? Evocación de Matthias Stimmberg.

Así, este libro que es una maravilla mínima (por su extensión) nos retrata a un ser irónico, sarcástico, burlón; que se autodenigra; que sabe de la pedantería de los poetas, y que va por la vida iluminando la cotidianidad con frases que son tan ácidas que podrían destrozar cualquier buena intención. Por ejemplo, tras haber acudido a un programa de televisión, un poeta en ciernes lo identifica en el transporte y quiere enviarle sus poemas. Matthias, con la confusión por la plática con “un imbécil mimado por las musas”, equivoca su dirección aun con el pesar de saber que se perderá de “un cofrecillo de tesoros, suspiros, listones”…

Matthias, yendo y viniendo por su vida, nos cuenta de sus sueños, de aquel en donde vislumbró a la joven que amaba lamiendo las manos grasientas de un regimiento de soldados; o nos narra del día que conoció a “un grosero campesino, patán proclive por igual a la cerveza y a la mentira” que era un estudioso de la esperanza.

Qué decir de la determinante descripción que hace cuando encuentra a su padre a punto de morir: “El particular olor de los enfermos que han pasado largo tiempo en cama inundaba la pieza. Allí estaba mi padre, envuelto en un torbellino inmóvil de sábanas arrugadas, frágil, como un jilguerillo sin plumas”.

Stimmberg es, por decirlo de alguna forma, un poeta maldito que asume su condición. Sabedor que su poesía no sirve para gran cosa, como se dijo, regala gran parte de su primer libro editado a una vieja para que alimente a sus cabras: “De entre mis libros ha sido ése, el primero, el que, me parece, corrió con mejor suerte”, dice un sincero y autoflagelante Mattias.

Además, Mattias Stimmberg es el personaje perfecto que ha inventado Alain-Paul Mallard (Ciudad de México, 1970) quien con este primer libro, o al menos “el primero que se atreve a publicar”, se revela como un fabulador que a cada palabra le exprime todos sus significados y nos permite regodearnos en la sátira y el odio que nos genera este ser ficticio tan pedante. Evocación de Matthias Simmberg es un libro de cuentos breve, que a pesar de terminar en la página 42, deja la impresión de que aún nos quedan muchas relecturas para poder disfrutar de estas memorias apócrifas.

Mallard, Alain-Paul (1995), Evocación de Matthias Stimmberg, México, Ediciones Heliópolis, 48 páginas.

* Publicado en Adefesio.com

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