martes, 17 de marzo de 2009
Paul Auster en Oaxaca (publicado en noviembre de 2008)
A los treinta años, confiesa Paul Auster, todo lo que tocaba se convertía en fracaso: tenía problemas de dinero, recién se había divorciado y su trabajo como escritor se hundía. Sin embargo, al mismo tiempo se sentía con energía, con la cabeza llena de ideas y con ganas de viajar. Corrían los años setenta.
“Ya no quería hablar más de libros, quería escribirlos. No me parecía bien, por principio, que un escritor se refugiase en la universidad, rodeándose de personas afines y viviendo demasiado a gusto. Existía un riesgo de autocomplacencia, y una vez que cae en ella, el escritor puede darse por perdido”, dice en A salto de mata: Crónica de un fracaso precoz, su autobiografía.
Así, decidió que lo último que deseaba hacer era “andarse con pies de plomo”.
Amante del béisbol, Paul Auster comenzó a escribir a los 12 años, siendo ya un gran lector gracias a la biblioteca de su tío que era traductor. Escribió poesía y tradujo, hasta que en 1976 publicó Jugada de Presión, con el seudónimo Paul Benjamin, novela que no había de generarle grandes éxitos. No es sino en una mañana de enero de 1979, tras enterarse que su padre ha muerto, que Auster empieza a escribir La invención de la soledad, y “entonces comenzó todo”.
Luego vendrían más novelas –El Palacio de la luna, La música del azar, El libro de las ilusiones, La noche del oráculo y Viajes por el Scriptorium, entre otras–, guiones de cine y el Premio Médicis, de Francia, por mejor novela de un autor extranjero –Leviatán– y el Premio Príncipe de Asturias, en 2006, por citar sólo algunos reconocimientos.
Así nos regalaría la historia de Walt, el niño que aprendió a volar de la mano de su maestro Yehudi al tiempo que retrata la gran Depresión estadounidense y todos sus vicios, en Mr. Vértigo. Además nos descubriría sus obsesiones en la Trilogía de Nueva York –Ciudad de cristal, Fantasmas y La habitación cerrada, editadas a mediados de la década de 1980–, donde lo mismo un personaje busca al detective Paul Auster; que un señor –Azul– es contratado –por Blanco– para espiar a otro –Negro– que lo espía a su vez; hasta un hombre que ha de decidir sobre el destino de los manuscritos de un amigo de la infancia.
Paul Auster es un autor del desasosiego y en estos días visitará México. El 6 y 7 de noviembre estará en la inauguración de la 2ª Feria Internacional del Libro Oaxaca 2008, en el Teatro Macedonio Alcalá de esa ciudad. Ahí, también, presentará el Premio Internacional de Literatura Aura Estrada, para lo cual participará en un evento de recaudación de fondos a favor de este galardón que se otorgará a partir del próximo año a escritoras menores de 35 años.
Paul Auster vendrá a Oaxaca, al igual que el autor serbio Goran Petrovic, demostrando que la cultura literaria en México, gracias en esta ocasión a Guillermo Quijas-Corzo López, director general de la Feria, no sólo se forja en el Distrito Federal.
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