domingo, 31 de mayo de 2009
Fausto Rasero, Por qué os desprecio
Fausto Rasero es un hombre calvo desde la niñez; con un rostro impenetrable. Es un ser ilustrado, metido en libros de historia, que conoce Francia desde su fundación, pero ignora la ciudad que vive en el siglo XVIII. Además, es un vidente quien con cada orgasmo vislumbra el mundo que vendrá dos siglos después. Es, como asegura Francisco Rebolledo, un ente que nació en el siglo de la Ilustración y murió en el del Progreso, pero sus orgasmos lo llevaron al siglo del Horror.
Gran conversador, Fausto Rasero es amigo de Diderot, de Voltaire; le presta un piano a un joven Mozart a punto de quebrantar sus ideales cuando se muere de hambre en un París que ha olvidado al niño prodigio. Además, es un alquimista que le permite a Lavoisier usar algunos de sus instrumentos para que descubra la composición del agua, para que nombre al hidrógeno. Es un idealista que ha de alimentar la mente del revolucionario Robespierre y que, como toda la clase rica francesa, ha de sucumbir ante las masacres indiscriminadas después de la caída de la Bastilla. Es un loco quien lee el Apocalipsis todas las noches y que influirá en el estilo que ha de darle fama a Goya, el pintor, con quien conversa en tardes alucinadas.
También es autor del manuscrito Por qué os desprecio, texto que gracias a un artículo publicado en el periódico Unomásuno, permitió a Fausto Rasero pasar de personaje ficticio a filosofo real.
Rasero, novela de Francisco Rebolledo (México, D.F., 1950), narra la vida de este español que vive una Francia llena de hombres que vanaglorian la Razón, es la historia de este calvo que sale a caminar con tal de ahuyentar a la tristeza. Esto, hasta que conoce a Mariana, un ser lleno de luz y alegría, una mexicana que le permite a este vidente alejarse del horror durante los orgasmos, pues sólo Mariana es capaz de acallar esa locura que persigue a Rasero desde su tierna infancia, cuando mamó por última vez de los senos de su nana Angustias y descubrió un don, el de la clarividencia, que para él es, a veces, un castigo.
Rasero es la tercer novela de Rebolledo, químico dedicado a la divulgación científica, y es no sólo un retrato costumbrista, sino la vida de un ser que ha de darse cuenta que el amor es capaz de conseguir acallar cualquier demonio, hacer al hombre más adusto un ser feliz.
Con un final que libra por poco la inverosimilitud, Rasero: el sueño de la razón, es un texto sabio, alegre; capaz de mostrarnos un París que el mismo autor nunca había visitado sino después de publicada su novela; es un libro que abarca tanto las esperanzas como los fracasos de la naturaleza humana (como anotaron los críticos) y que, además, se cuela entre las grandes novelas históricas. Es, por decir poco, una muestra de excelente literatura hecha en México.
Rebolledo, Francisco (2001), Rasero: el sueño de la razón, México, Joaquín Mortiz, 553 páginas.
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