jueves, 14 de junio de 2012
La sed de los peces, de Jalaludin Rumi
Quizá después de leer a Jalaludin Rumi nos ocurra como a los peces: rodeados de agua, y bebiéndola a cada bocanada, no nos serán jamás suficientes sus enseñanzas, pues siempre querremos un poco más. Lo único que tendremos que decidir es si, ante las redes de los pescadores, seremos el pez tonto, el medio inteligente o el sabio que huye hacia el inmenso océano que es Dios.
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